En el dinámico campo del cuidado dental, la innovación y la tecnología introducen constantemente nuevos tratamientos y procedimientos. Sin embargo, el atractivo de estos avances a menudo eclipsa su necesidad real. Este completo blog tiene como objetivo desmitificar algunas de las mejoras más comunes pero potencialmente innecesarias en odontología. Exploraremos temas como la odontología láser durante las limpiezas, la irrigación antimicrobiana, las mejoras de coronas y dentaduras postizas y el uso de porcelana fundida con oro. Además, profundizaremos en el dilema ético al que se enfrentan los dentistas al equilibrar la atención al paciente con los aspectos comerciales de su práctica.
La odontología láser a menudo se presenta como una solución de vanguardia para diversos problemas dentales, en particular la inflamación de las encías. La teoría sugiere que los láseres pueden atacar y reducir eficazmente la inflamación de las encías, mejorando los resultados de una limpieza regular. Sin embargo, la realidad es que la inflamación de las encías es causada principalmente por la acumulación de placa debido a una mala higiene bucal. Una limpieza profesional exhaustiva, que elimine la placa y el sarro, suele ser suficiente para resolver dicha inflamación. El uso adicional de láseres en este contexto a menudo se convierte en un ejercicio redundante y costoso.
Además, el alcance del uso del láser por parte de los higienistas dentales es legal y prácticamente limitado. A la mayoría no se les permite realizar procedimientos invasivos y, por lo general, su uso del láser está restringido a aplicaciones superficiales que no sean cortantes. Esto plantea dudas sobre la eficacia y el valor reales de los tratamientos con láser durante las limpiezas de rutina.
Del mismo modo, la práctica de irrigar las encías con enjuagues antimicrobianos durante las limpiezas es otra área de debate. Este procedimiento tiene como objetivo eliminar cualquier resto de placa o bacteria después de la limpieza. Sin embargo, los avances en las herramientas de limpieza dental, como los raspadores ultrasónicos y los dispositivos piezoeléctricos, ya incorporan el riego con agua para mejorar la eliminación de la placa. Estas herramientas están diseñadas para realizar una doble función: eliminación física de la placa e irrigación simultánea. Por lo tanto, el paso adicional de irrigar con soluciones antimicrobianas puede ofrecer un beneficio adicional mínimo. Esta práctica podría tener más que ver con la percepción de minuciosidad que con una mejora genuina en los resultados de salud dental.
Cuando se trata de coronas dentales, especialmente las codificadas como D2740, existe una práctica común entre los consultorios dentales de venderlas más como coronas de «marca». Sin embargo, la realidad a menudo contradice esta afirmación. Si bien la D2740 cubre una amplia gama de coronas dentales, las denominadas coronas de marca que se comercializan para los pacientes con frecuencia no difieren de las versiones genéricas. El desafío radica en verificar la calidad y el origen reales de estas coronas, ya que los laboratorios dentales no suelen estar obligados a divulgar información detallada sobre los materiales utilizados. Esta falta de transparencia puede hacer que los pacientes paguen más por un producto que no difiera significativamente de una corona estándar.
Del mismo modo, las mejoras en las dentaduras postizas de primera calidad son una venta adicional común en los consultorios dentales. Los dentistas pueden sugerir que estas opciones premium ofrecen una mejor estética y durabilidad en comparación con las dentaduras postizas estándar. Sin embargo, la distinción entre las dentaduras postizas estándar y las de primera calidad suele ser insignificante, e incluso los profesionales dentales pueden tener dificultades para diferenciar entre las dos. Esto arroja dudas sobre el valor de estas mejoras, especialmente si se tiene en cuenta la carga adicional de costos para el paciente.
Las coronas de porcelana fundida con oro (PFG) a menudo se presentan como una alternativa de primera calidad a las coronas de porcelana fundida con metal (PFM) normales. Los supuestos beneficios incluyen una mejor estética y una percepción de mayor valor debido a la inclusión del oro. Sin embargo, la realidad de las coronas PFG es que el oro utilizado suele ser de baja calidad y, a menudo, consiste en cantidades mínimas de aleaciones de metales amarillos en lugar de oro puro. Este uso mínimo de oro no mejora significativamente las propiedades funcionales o estéticas de la corona en comparación con las coronas PFM estándar.
La promoción de las coronas PFG es particularmente frecuente en los consultorios que atienden a pacientes de HMO y Medi-Cal, donde los tratamientos estándar se reembolsan a precios más bajos. El cambio a las coronas PFG suele ser una decisión impulsada por las empresas, que aprovecha la falta de conocimientos del paciente para obtener beneficios económicos. Esta práctica no solo induce a error a los pacientes a pagar más por una mejora, con beneficios dudosos, sino que también plantea importantes problemas éticos.
La intersección de la innovación dental y los intereses comerciales a veces puede llevar a la promoción de tratamientos innecesarios. A medida que los pacientes exploran sus opciones de cuidado dental, es crucial cuestionar la necesidad y el valor de las mejoras propuestas. Educarse y consultar con profesionales dentales de confianza es clave para tomar decisiones informadas. Al final, la ética de la práctica dental debe priorizar el bienestar del paciente y el consentimiento informado, garantizando que los tratamientos y las mejoras realmente redunden en beneficio del paciente.
Este blog es solo para fines informativos y no sustituye el asesoramiento dental profesional.