UN Paciente masculino de 51 años llegó a la clínica dental con la historia de una situación inusual. A pesar de haberse sometido recientemente a una serie de cirugías de coronas en los dientes superiores, no se dio cuenta felizmente de que su sonrisa no era la ideal. Sin embargo, durante un examen, se destacó un detalle crucial: la línea de su sonrisa estaba torcida, lo que creaba un desequilibrio estético que había evadido su atención durante mucho tiempo.
Tras una evaluación más detenida, se hizo evidente que la causa principal de su sonrisa irregular residía en la desalineación entre los dientes superiores e inferiores, que se manifestaba en una mordida abierta anterior. Esta desalineación creó una discrepancia visual entre los dientes superiores e inferiores, lo que provocó una incongruencia en su sonrisa.
Para corregir este problema y proporcionar al paciente una sonrisa armoniosa y estéticamente agradable, el curso de acción recomendado era doble. En primer lugar, era necesaria una modificación de las coronas superiores. Las coronas existentes no estaban alineadas con los dientes inferiores del paciente, lo que provocó la desalineación visual. Se propuso rehacer las coronas superiores, extendiendo su longitud para que coincidieran con las proporciones naturales de los dientes inferiores.
En segundo lugar, un ajuste de los dientes inferiores era esencial para garantizar que la relación entre la forma y el tamaño de los dientes superiores e inferiores estuviera en perfecta armonía. Este ajuste se logró mediante la aplicación de carillas en los dientes inferiores. Estas carillas no solo se ajustarían a la forma y el tamaño del diente, sino que también corregirían la mordida anterior abierta, alineando así los dientes superiores e inferiores sin problemas.
El proceso de rehacer las coronas superiores y aplicar carillas en los dientes inferiores se ejecutó meticulosamente, teniendo en cuenta los objetivos estéticos específicos del paciente. Las nuevas coronas superiores se hicieron a medida para que coincidieran con los dientes inferiores en términos de tamaño y proporción. Al mismo tiempo, las carillas de los dientes inferiores se diseñaron para garantizar un resultado equilibrado y visualmente agradable.
Al finalizar los procedimientos dentales, al paciente se le presentó una sonrisa transformada que ahora mostraba una alineación perfecta entre los dientes superiores e inferiores. La discrepancia visual que anteriormente había estropeado su sonrisa ahora fue reemplazada por una apariencia armoniosa y equilibrada. El paciente quedó encantado con el resultado, que no solo mejoró la estética de su sonrisa, sino que también abordó el problema subyacente de la mordida anterior abierta.
En conclusión, el caso de este paciente masculino de 51 años pone de manifiesto la capacidad de la odontología moderna para mejorar tanto la estética como la funcionalidad. Al tratar la mordida anterior abierta y lograr la proporción perfecta entre forma y tamaño de los dientes, la sonrisa del paciente se transformó en una obra de arte armoniosa y sin fisuras. Este caso subraya la importancia de una evaluación exhaustiva y de planes de tratamiento personalizados para garantizar que se logre el objetivo final de la satisfacción del paciente. Después de ver los resultados finales, el paciente se dio cuenta de lo viejas y feas que eran sus coronas anteriores.