Un paciente varón de 52 años buscó asistencia dental por un problema de maloclusión de larga data, que había sido un desafío persistente durante toda su vida. Abordar esta compleja maloclusión no era un proceso sencillo, ya que no podía corregirse únicamente con coronas dentales. El enfoque recomendado incluía un plan de tratamiento multifásico, que comenzaba con un tratamiento con alineadores transparentes con Invisalign para corregir la maloclusión.
El paso inicial se centró en enderezar los dientes del paciente, lo que sentaría las bases para los procedimientos dentales posteriores. Se eligió Invisalign para desplazar los dientes de forma gradual y precisa a sus posiciones correctas. La terapia con alineadores se consideró esencial para alinear los dientes antes de abordar otros problemas dentales.
Una vez finalizada la terapia con Invisalign, el siguiente paso consistió en realizar una depilación diagnóstica para evaluar la estética final de la sonrisa y planificar las intervenciones dentales necesarias. Se colocaron coronas temporales en los dientes para que el paciente tuviera una vista previa del resultado final. Sin embargo, la paciente expresó su insatisfacción con el tamaño y la forma de las coronas temporales, por lo que tuvo que volver al laboratorio para hacerse una nueva depilación diagnóstica con cera.
Al recibir la segunda depilación diagnóstica, el paciente descubrió que el tamaño y la forma de las coronas propuestas cumplían con sus expectativas y preferencias estéticas. Una vez completado este paso crucial, el paciente estaba listo para pasar a la siguiente fase del plan de tratamiento.
El paciente tenía otra preocupación relacionada con el color de sus dientes. Con el tiempo, sus dientes adquirieron un tono amarillento y deseaba una sonrisa más brillante y vibrante. Era evidente que, si bien Invisalign había corregido la alineación, no solucionaría los problemas del color, la forma y los defectos de los dientes. Para brindar la solución integral que buscaba el paciente, se decidió que las coronas dentales eran necesarias para abordar estas preocupaciones.
El paso final del tratamiento consistió en la aplicación de coronas dentales, diseñadas meticulosamente para que coincidieran con el color, la forma y la estética general de los dientes deseados. Esta fase tenía como objetivo eliminar los problemas relacionados con el color y los defectos de los dientes que habían sido motivo de insatisfacción para el paciente.
El resultado fue una transformación notable de la sonrisa del paciente. Las coronas dentales abordaron eficazmente las preocupaciones del paciente relacionadas con el color, la forma y los defectos de los dientes, y proporcionaron una sonrisa más brillante y atractiva. La maloclusión se había corregido satisfactoriamente con Invisalign y el paciente quedó encantado con el resultado final.
En conclusión, el caso de este paciente masculino de 52 años subraya el poder transformador de la odontología moderna para abordar desafíos dentales complejos. Al combinar la terapia con alineadores transparentes, las depilaciones diagnósticas y la aplicación de coronas dentales, se corrigió la maloclusión del paciente y se rejuveneció su sonrisa. Este caso pone de relieve la importancia de un tratamiento personalizado y de un enfoque integral para garantizar la satisfacción del paciente y un resultado final impresionante.